Sábado 19 de octubre
Sábado de la 28ª Semana
DICHOSOS LOS QUE CREEN CONTRA TODA ESPERANZA
Los que creen firmemente se ponen de parte de Jesús ante los hombres, y Jesús se pone de su parte ante los ángeles de Dios (Lc 12,8). Delante de los mismos tribunales sabrán defender su fe con palabras y ayuda que les proporcione el Espíritu Santo (Lc 12,11-12). Nuestra fe en Cristo nos hará comprender la esperanza a que Dios nos llama.
Tantas promesas llenan de gozo al creyente en medio de la persecución.
Abrahán creyó en el Dios que da vida a los muertos (Rm 4,17). Creyó contra toda esperanza en su vejez en la promesa de Dios de una descendencia numerosa (Rm 4,18). Nosotros podemos regocijarnos con Abrahán en el Dios que va a resucitar a la vida; con Él a millones y millones de hombres de todas las generaciones y de todos los tiempos. ¡Ellos, los vueltos a la vida con Cristo resucitado, serán dichosos! Y los que nos gozamos con este triunfo de Cristo sobre la muerte, comenzamos a ser dichosos con la dicha inmensa de los glorificados por Dios.
Cuando ya no queda ninguna esperanza humana de vida en el polvo de millones de cadáveres, nosotros creemos con Abrahán contra toda esperanza, que del polvo muerto de la tierra, el Señor va a construir una "tierra nueva" y un "polvo glorificado" con los que resuciten en Cristo por el amor y el poder resucitador de Jesús.
Somos dichosos porque creemos que el Señor y dador de vida, que es el Espíritu Santo, resucitó a Jesús de entre los muertos a la vida inmortal, y nos gozamos con el gozo de Jesús. Y, cuando Dios quiere, también se darán vueltas o resurrecciones temporales a la vida, para que aprendamos a esperar en Jesús contra todas las esperanzas y las desesperanzas humanas.
¡Dichosos los que esperan en Ti, Señor Jesús!
"El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo C - Ceferino Santos S.J.