Miércoles 19 de agosto
Miércoles de la 20ª Semana
EL PRIMERO EN TODO
El único que de verdad resulta el primero en todo es sólo Dios. Él es el primer y único Pastor, que libra a sus ovejas de los enemigos (Ez 34,10); las sana, las cura y las venda de sus heridas (Ez 34,4). El solo es el Pastor plenamente bueno e insustituible: "Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas" (Ez 34,11). Sólo cuando el Señor es mi Pastor, nada me puede faltar (Sl 22,1).
Dios Padre a través de su Hijo Jesús es quien dispone de la vida de los hombres y toma la iniciativa de enviar obreros a su viña y quien asigna en ella las tareas y los trabajos a cada uno: "Id vosotros también a mi viña" (Mt 20,4.7). Él es el Señor y Dueño del campo, que da el premio a cada uno por el trabajo realizado o por el que se deseó realizar y nadie puede pagar un premio de eternidad superior al suyo. Dios es en todo y siempre el único y el primero.
Resulta absurdo que pretendamos anteponer nuestras razones al juicio sapientísimo de Dios: "Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y del bochorno" (Mt 20,12). Sólo la razón de Dios es la primera, la justa, la infalible y está por encima de todo razonamiento humano.
La voluntad de Dios y su reinado han de obtener siempre y en todo la primicia. El primer puesto en todo es para Dios y para su Hijo Jesús, Señor eterno y universal. Los demás somos zarzas que se secan y se queman, o ídolos que nos engañan y no salvan.
Padre celestial: Te adoramos como el Señor de todos. Apresura la hora de tu señorío y de tu reinado sobre nosotros y sobre el mundo. Toma dominio sobre los engreídos y rebeldes. Proclamamos tu nombre por encima de todo nombre, dominación y potestad. Deja que nos humillemos ante tu grandeza de Señor único y excelso, de Padre amoroso de todos. Amén.
“El Pan de la Palabra dánosle hoy” Ciclo A - Ceferino Santos S.J.