Sábado 16 de enero
YO SOY EL VIDENTE
La adivinación ha jugado un papel importante en las civilizaciones paganas y en las creencias esotéricas. Hoy, según se va debilitando la fe, se vuelve a las consultas de horóscopos, de videntes y de adivinos, a veces espabilados recaudadores del dinero de angustiados y de ingenuos, y en ocasiones, contactadores mediúmicos con espíritus de adivinación, esclavizantes y no sometidos a Dios.
Sólo Dios es el gran vidente, que todo lo tiene claro y manifiesto ante sus ojos y que conoce el pasado y el futuro, aquél "al que nada se le oculta, y todo está patente y descubierto a los ojos de Aquél, a quien hemos de rendir cuentas" (Hb 4,13). Dios quiere que nos fiemos de Él, que conoce y guía nuestro futuro. Él rechaza a los que consultan el futuro sin acudir a Él y van a brujos y videntes: "No dejarás con vida a los adivinos" (Ex 22,17) en medio de mi pueblo. Al depender de los videntes, despreciamos a Dios y nos alejamos de Él.
Dios prefiere que consultemos su Palabra como guía de nuestros actos y "juzgará los deseos e intenciones del corazón" (Hb 4,12). "Acerquémonos, pues, con seguridad al Trono de gracia" (Hb 4,15), que es Jesús, para que nos auxilie oportunamente.
Jesús nos conoce profundamente, como conoció a Leví Mateo, el recaudador de impuestos (Mc 2,14). Él percibió su futuro de apóstol y evangelista y le llamó a su servicio: "Sígueme" (Mc 2,14b). Él sabía lo que murmuraban los letrados, porque comía con los pecadores, y enseñó que eran los enfermos los que necesitaban médico y los pecadores los que precisaban de un salvador (Mc 4,17). Cristo es el que quiere gobernar nuestro futuro, como rigió el de Leví Mateo. Él busca hombres y mujeres de Dios para elegirlos como mensajeros de su verdad y de su luz.
No busquemos fuera de Dios la orientación para nuestros pasos de futuro, pues fuera de Dios, la luz es oscuridad, y la adivinación esclavitud a lo irracional y, a veces, a los espíritus del mal.
Señor mío: sólo Tú me conoces y me sondeas. Acepto caminar en el claroscuro de la fe, acudiendo sólo a Ti y no a videntes extraños. No permitas que me aparte de Ti; del espíritu maligno de adivinación pecaminosa, defiéndeme. Haz que sea guiado por tu Espíritu de luz y de verdad en todos mis caminos.
¿Por qué algunos buscáis sabiduría engañosa y conocimientos ocultos en fuentes corrompidas? ¿Por qué no acudís a Mí, que conozco los secretos de mi Padre y tengo para vosotros palabras de verdad y de vida? Acercaos con seguridad a mi trono de sabiduría y de gracia. Yo os enseñaré mi verdad y mis caminos.
"El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo B - Ceferino Santos S.J.