Lunes 5 de abril
Lunes de la Octava de Pascua
SOMOS TESTIGOS
Hasta los ángeles hicieron de testigos de la resurrección de Cristo: "No está aquí, ha resucitado como lo había dicho" (Mt 28,6). Ser testigos del Resucitado es una gracia y un don inestimable. Después de tener una experiencia profunda de Jesús vivo y resucitado, se cree en Él. Luego esta fe personal y honda del Resucitado se trasmite y se da a los otros sin miedos, con seguridad, con convicción. Entonces nace el testigo de Jesús.
Jesús resucitado sale al encuentro de las mujeres que habían ido al sepulcro a ungir su cadáver y les dice: "Alegraos" (Mt 28,9). Este encuentro personal con Cristo las convierte en sus testigos "Id a comunicar a mis hermanos..." (Mt 28,10). Hasta los soldados guardianes de la tumba de Cristo pasan a ser testigos del prodigio del sepulcro vacío, de Ia losa removida y de un hecho extraño: un ángel que corre la pesada piedra del sepulcro y se sienta encima (Mt 28,2). Más tarde por el miedo al castigo y por el soborno se convierten en testigos falsos que afirman e inventan lo que no habían visto “Sus discípulos vinieron de noche y robaron el cuerpo de Cristo mientras nosotros dormíamos" (Mt 28,13). ¡Valientes testigos dormidos!
¡Qué diferencia con Pedro testigo fiel y verdadero de la vida, de la muerte y la resurrección de Jesús, en el día de Pentecostés! Son suyas estas palabras: "Dios acreditó a Jesús ante vosotros realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocéis" (Hch. 2,22). "Dios lo resucitó rompiendo las ataduras de la muerte" (Hch. 2,24). Estaba profetizado: "no dejarás a tu fiel conocer la corrupción" (Hch. 2,27). "Dios resucitó a este Jesús y nosotros somos testigos" (Hch 2,32). Con San Pedro también nosotros somos testigos de la verdad y de la presencia del Resucitado entre nosotros y de su victoria sobre la muerte.
Revélate, Jesús, a nosotros y danos tu mensaje de vida para que testimoniemos ante el mundo, no teorías complicadas, sino tu Persona y tu vida. Haznos palpar tu resurrección y tu victoria sobre la muerte en los hermanos y catecúmenos que han participado estos días en tu vida, tu amor y tu triunfo sobre el pecado y sobre la muerte.
"Quiero manifestarme a vosotros y daros la experiencia en fe de mi vida y resurrección. Yo os haré testigos fieles míos. Orad, adoradme, amad mi persona divina de Resucitado y seréis mis testigos ardientes, mis mártires generosos. Mi Espíritu dará testimonio de Mí en vosotros".
"El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo B - Ceferino Santos S.J.