Domingo 16 de enero
Domingo 2º tiempo ordinario (Ciclo C)
CRISTO, EL ESPOSO
Cristo se ha encarnado como hombre para celebrar sus bodas con nuestra humanidad, purificándola y redimiéndola con su sangre. Las bodas de Caná (Jn 2,1-12) no son más que un anticipo de las Bodas eternas del Cordero (Ap 21,2.9). En Caná Cristo reparte en abundancia y milagrosamente un vino de superior calidad (Jn 2,10). En la Iglesia es el Espíritu de Jesús el que reparte hoy los dones excelentes, los carismas y las arras de la garantía de nuestra unión con Jesús (2 Co 1,22). Los carismas se convierten en dones del Esposo, que manifiestan la presencia del Espíritu en la Esposa para el provecho común (1 Co 12,7).
En los tiempos mesiánicos, el Esposo, Cristo, se ofrece a su Iglesia, la Esposa: "Este es mi Cuerpo" de esponsales y de Esposo, que se entrega totalmente por vosotros. La Iglesia, en cambio, ha de entregarse a su vez, "felizmente desposada" (Is 62,4), a Cristo, el Esposo, para que Dios "se agrade en ella" como el esposo con su esposa (Is 62,59).
Nuestra entrega de hoy a Cristo es la preparación para vivir las bodas eternas del hombre con la Divinidad. Mientras tanto vamos poseyendo por la fe y el amor al Cuerpo de Cristo con sus dones y carismas de Esposo, con su saber y su conocer, con su poder curativo y milagroso, con sus mensajes proféticos y su discernimiento, con sus mensajes en lenguas misteriosas de amor (1 Co 12,8-9).
Él en la boda nos dará a beber el vino nuevo de su sangre y de su amor, del éxtasis y de la plenitud con Él. ¡Gracias, Cristo Esposo de las almas! ¡Gracias, Cuerpo de Cristo con tus dones santificadores y sublimes! ¡Gracias, Sangre de Cristo, por la embriaguez de tu vino de amor! ¡Gracias, Cristo eterno Amor! "Bésame con los besos de tu boca, que tus amores son mejores que el vino" (Ct 1,2).
"El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo C (Ceferino Santos S.J.)