Sábado 26 de noviembre
ESTAD DESPIERTOS
La mente humana se adormece con el vicio, con las preocupaciones de la vida material, con el pecado (Lc 21,34). El que está espiritualmente adormecido ni ve ni entiende las realidades sobrenaturales ni los verdaderos valores del Reino de Dios. No descubrirá el río del Espíritu ni el árbol de la vida, que da cosechas cada mes del año y cuyas hojas sirven de medicina a las naciones (Ap 22,2). No se alimentará de los frutos del árbol de Dios y pasará hambre en su espíritu. Caminará a oscuras sin la luz del Señor que irradia por los siglos (Ap 22,5). Vivirá preocupado con los reinos de este mundo y con sus conflictos y luchas (Dn 7,23-24) y se olvidará del Reino eterno, que el Señor ofrece a los santos del Altísimo (Ap 7,27).
Hay que estar despiertos para captar en cada momento la venida de Jesús, el Hijo del Hombre, y sus signos de presencia. Hay que pedir a Dios fuerzas espirituales en todo momento para escapar del lazo del maligno (Lc 21,35), que quiere enredarnos y derribarnos.
Con la fuerza de Dios podremos estar en pie, sin caer, ante el Hijo del Hombre, ante Jesús, Juez y Salvador, Señor y Dios nuestro.
¡Oh Jesús ayúdame a vivir alerta y despierto a la espera de tus venidas imprevisibles!
Enséñame a vivir para tu servicio, en pie y disponible siempre para realizar tus deseos y la santa voluntad de tu Padre celestial.
"El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo C - Ceferino Santos S.J.