Jueves 1 de diciembre
TENEMOS UNA CIUDAD FUERTE
La ciudad fuerte que Dios nos promete, se edifica sobra la roca firme de su divinidad (Is 26,1). Jesús es nuestra roca perpetua (Is 26,4) y sobre Él se asienta su pueblo justo. Edificados sobre Cristo entramos a formar parte de su ciudad santa, la nueva Jerusalén.
Nadie ha estado tan firmemente edificado sobre Cristo como su Madre María. En María Inmaculada "tenemos una ciudad inexpugnable; Dios mismo defiende sus muros" (Is 26,1). En ella nunca entró el enemigo y ni siquiera el pecado original pudo acercarse a sus muros, defendidos por Dios en persona.
Nosotros ponemos toda nuestra confianza en Dios, porque quiere protegernos también a nosotros: "Confiad siempre en el Señor" (Is (26,4). Quiere que vivamos defendidos del mal y del pecado. Él es nuestro protector porque nos ama y quiere que vivamos edificados en la roca firme de su Palabra (Mt 7,24), de sus promesas y de su amor.
¡Glorificado seas, Señor, en todos los que cumplen tus palabras y viven firmes en tu amor hasta la muerte! ¡Gracias por María Inmaculada, ciudad inexpugnable, donde Dios mora! ¡Gracias, Señor, por la Sión celestial, donde habitan Contigo los que Te han sido fieles y cumplieron todo lo que tu Padre quería que hiciesen! ¡Gracias por los que Te amaron sobre todas las cosas y fueron amados por Ti, ahora habitan dichosos con María, alabándote siempre en la Sión celestial, en la eterna Jerusalén!
"El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo C - Ceferino Santos S.J.