Viernes 20 de enero
LA DIGNIDAD DE CRISTO
La dignidad de Cristo proviene de su filiación divina. Él es Dios de Dios, luz de Dios. La infinita distancia de Dios al hombre hace que todo en Cristo sea superior a todo lo creado, a las realidades de la Antigua Alianza y a cualquier prerrogativa de los hombres.
El sacerdocio de Cristo es el mayor y su ministerio más excelso (Hb 8,6a). Su mediación es única y superior a toda otra mediación; su alianza con los hombres es más noble y duradera que la antigua alianza de Dios con su pueblo y son mejores sus promesas (Hb 8,6b).
Ahora el Señor inscribe sus promesas en nuestros corazones (Hb 8,10) y no en mudas tablas de piedra. Ahora, en Cristo todo es nuevo. Lo anticuado debe desaparecer para que la gloria de Cristo se manifieste ya sin velos (Hb 8,13).
Adoremos la dignidad maravillosa de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, y aceptemos la dignidad que nos ofrece al participar en nuestras vidas de su sacerdocio real.
“El Pan de la Palabra dánosle hoy” Ciclo A - Ceferino Santos S.J.