Martes 24 de enero
SANTIFICADOS POR SU OBLACIÓN
Hoy la verdadera Arca de la Nueva Alianza es Cristo, Hijo de Dios vivo y Templo de la Divinidad. También de modo misterioso el que hace la voluntad de Dios y la cumple (Mc 3,35), lleva la ley de Dios escrita en su corazón, no sobre losas de piedra con letras grabadas a mano, sino por el Espíritu de Dios. Así, podemos ser arcas de la nueva Alianza, que llevamos a Dios con nosotros, y más que arcas de Dios llegamos a ser hermanos, hermanas y familia de Jesús (Mc 3,34) y templos del Espíritu.
Nunca hubiéramos llegado a ser familia de Jesús y templos de su gloria, si Cristo, nuestro hermano mayor, no nos hubiera "santificado por la oblación de su Cuerpo, hecha de una vez para siempre" (Hb 10,10) desde la cruz.
La ofrenda de Jesús por nosotros tiene valor redentor infinito por ser ofrenda del Hijo de Dios unigénito. Desde su entrada en el mundo Jesús se entregó como sacrificio agradable al Padre: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad" (Hb 10,7). Él es nuestro modelo de oblación y entrega a Dios Padre. María, Madre de Jesús, guiará nuestra consagración.
Levantemos ante el trono del Padre la ofrenda eucarística de Cristo para que destruya nuestros pecados de desunión entre nosotros y Él y con nuestros hermanos, los hombres. Oremos al Padre: Aquí estamos también nosotros, al lado de tu Hijo Jesús, para hacer tu voluntad, que desea que seamos uno en tu Hijo y en tu Espíritu.
“El Pan de la Palabra dánosle hoy” Ciclo A - Ceferino Santos S.J.