Jueves 16 de marzo
Jueves 3ª Semana de Cuaresma
TODO REINO DIVIDIDO...
El camino verdadero hacia la unidad se fundamenta en Dios mismo: "Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo" (Jr 7,23). Unidos firmemente a Dios formamos un pueblo de creyentes unidos entre sí. Las palabras y los mandados del Señor, aceptados y cumplidos, también nos unifican con Dios y con los hermanos. El riesgo del hombre es que no preste oído a las palabras del Señor y endurezca su cerviz (Jr 7,26) en la división y en la rebeldía.
"Todo reino dividido... se derrumba" (Lc 11,17). Por eso, Cristo trabaja y se esfuerza para lograr la unidad en su Reino y quiere que seamos uno con Él y que le amemos sobre todas las cosas, renunciando a todo lo que no le da la primacía y el honor a solo Él.
Cristo lucha contra el espíritu malvado de la división y la discordia, que quiere entrar en la Iglesia para destruir y enfrentarnos entre nosotros (Lc 11,23). Tenemos que destruir con la ayuda de Cristo el reino de la desunión y la discordia y las divisiones que Satanás busca y fomenta, y convertirnos con Cristo en constructores de la unidad, de la verdad, del amor y de la paz.
Dios desea que estemos unidos a su Persona y a sus mandatos por una obediencia humilde y amorosa. Así seremos su pueblo (Jr 7,23). El que no obedece a su Señor, se separa de Él y deja de pertenecer a su Reino. Entonces, automáticamente, se pasa a depender del reino del enemigo de Dios. Con él vienen la división y la ruina, el engaño y la desgracia.
Señor Jesús: no permitas que seamos reino dividido y enfrentado Contigo, con los demás y con nosotros mismos. Unifícanos con tu Santo Espíritu de paz y de amor. Ayúdanos con tu poder a expulsar al demonio del enfrentamiento y la discordia. Danos la unidad de tu Reino. Amén.
“El Pan de la Palabra dánosle hoy” Ciclo A - Ceferino Santos S.J.