Sábado 18 de marzo
Sábado 3ª Semana de Cuaresma
EL QUE SE ABAJA ...
La gran debilidad de Dios es que le gusta salvar a los hombres. Desea que cada hombre o cada mujer, como el publicano del evangelio, clamen ante su misericordia, para poder inclinarse a sus súplicas y amarlos: "Oh Dios, ten compasión de este pecador" (Lc 18,13).
Ante Cristo, el Señor y Pastor supremo, no caben la soberbia ni la enumeración satisfecha de los propios méritos inexistentes (Lc 18,11), sino sólo el sumiso y humilde abajamiento. Entre los discípulos de Jesús nadie ha de aspirar a los primeros puestos. El primer puesto está reservado para el que es el primero en todo y el primogénito de Dios: para Cristo Jesús, el único e insustituible Señor.
El puesto buscado por el seguidor de Cristo ha de ser el último, aunque ejercite un ministerio de primacía jerárquica. Es el misterio de la pirámide invertida sobre su propia cúspide: el servidor de Cristo se hace el último y carga sobre sí con el peso de toda la pirámide y de los demás, a los que sirve y soporta lleno de piedad, de abajamiento y de misericordia amorosa.
Así, el que se abaja ante Cristo Y ante los demás, será enaltecido (Lc 18,14). Así, se imita a Cristo en todo, quien, siendo el primero, se abajó hasta la muerte, lleno de misericordia para con los pequeños, los pecadores y los débiles. Así, Dios tendrá compasión de nosotros, que somos pecadores (Lc 18,13). "Quiero -nos dice el Señor- misericordia y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos" (Os 6,6). Entonces, la misericordia de Dios nos curará, nos vendará, nos hará revivir en un tercer día" (Os 6,1-2) delante de Él, y la sabiduría del Señor nos iluminará y nos fecundará con las lluvias tempranas y tardías de su Espíritu (Os 6,3).
María de Nazaret, que viviste la humillación de la sierva, a pesar de tu grandeza, consíguenos la humildad del servidor cristiano. Y Tú, Señor Jesús, Hijo de Dios, que te abajaste hasta la muerte y muerte de cruz, ten compasión de nosotros, tus hermanos pecadores.
No nos abandones y danos tu perdón y tu Espíritu.
“El Pan de la Palabra dánosle hoy” Ciclo A - Ceferino Santos S.J.