Sábado 25 de marzo
Sábado 4ª Semana de Cuaresma
La Anunciación
LOS "SÍES" DE LA REDENCIÓN
Recordamos tres "síes" importantes en la historia de la salvación. Cuando Dios miraba a los descendientes de Adán, percibía tantos problemas, tanto dolor, tantas enfermedades, tanto pecado y tanto mal en ellos, que no bastaba ningún sacrificio de animales para sanarlos y redimirlos: "Holocaustos y víctimas expiatorias ni los quieres ni te agradan" (Hb 10,8). Se necesitaba en el seno mismo de la Trinidad divina el "Sí" del Verbo de Dios para realizar la redención de los hombres. Por eso, la Palabra de Dios dio generosamente su Sí a la voluntad salvífica del Padre: "Aquí estoy Yo para realizar tu designio" (Hb 10,9) y tu voluntad. El Verbo de Dios aceptó hacerse hombre para poder padecer por los hombres y salvarnos.
Al lado del Sí divino del Verbo de Dios, faltaba aún el "sí" humano de María la virgen, en la que se realizaría el prodigio de "Dios-con-nosotros", el Emmanuel (Is 7,14) María supo decir a Dios un "sí" generoso y sin condiciones: "Hágase en mí según tu Palabra" (Lc 1,18). El sí divino de Cristo y el sí humano de María unifican lo humano y lo divino y se verifica la encarnación redentora de Jesús.
Sólo falta ya nuestro "sí" generoso, sin condiciones ni cortapisas ante el designio redentor de Dios. Con los tres "síes" de Jesús, de María y el nuestro la redención penetra nuestras puertas. Son los tres "síes" por los que nos llega nuestra salvación.
Sigue salvándonos a nosotros, los pecadores, por la intercesión poderosa de tu Madre María. Enséñanos a decirte un "sí" generoso cuando nos llames a convertirnos y a seguirte. Amén.
“El Pan de la Palabra dánosle hoy” Ciclo A - Ceferino Santos S.J.