Lunes 22 de mayo
Lunes 7ª Semana de Pascua
VIVIR DEL ESPÍRITU SANTO
No podemos contentarnos con espiritualidades incompletas y mancas. Los fieles de Éfeso sabían cosas de Jesús y habían sido bautizados ineficazmente con el bautismo de Juan (Hch 19,3). Pero no estaban consagrados a Cristo ni habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús (Hch 19,5), ni habían recibido el Espíritu Santo, ni vivían de su vida con dones carismáticos y proféticos ni con oraciones en lenguas inspiradas por el Espíritu (Hch 19,6).
Pero cuando bajó sobre ellos el Espíritu de Dios, todo se transformó.
Nosotros tenemos que abrirnos y "consagrarnos" al Espíritu del Señor Jesús para que nos divinice y nos cambie. Tenemos que permitir que el Espíritu de Dios nos comunique sus dones y carismas, para que los utilicemos en la Iglesia y con la Iglesia, y para que nos dé el conocimiento y la sabiduría de Cristo que "todo lo conoce" (Jn 16,30), y así no necesitemos preguntarle. Necesitamos al Espíritu Santo para no quedarnos solos (Jn 16,32) cuando Jesús se marche y para que el Padre también esté con nosotros y no nos deje solos. Necesitamos del Espíritu Santo para vivir en plenitud en nosotros la vida trinitaria y para vencer al mundo (Jn 16,33), que nos acosa.
Señor Jesús: el Padre está contigo y no Te deja solo. Ruega por nosotros para que tu Santo Espíritu no nos abandone y podamos vivir la plenitud de tu vida en tu amor y en tu servicio siempre. Amén.
"El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo A - Ceferino Santos S.J.