Viernes 26 de mayo
Viernes 7ª Semana de Pascua
EL AMOR DE VERDAD
Es fácil que nuestro amor se parezca poco al Amor con mayúscula, al amor grande y sin fronteras de Dios. Dios nos programó para su Amor, el que construye la unidad. Es fácil que discutamos sobre Jesús y que esa discusión nos aparte de Jesús y de su amor. Los judíos discutían con Pablo sobre Jesús, pero no lo amaban ni creían en Él como vivo y resucitado de entre los muertos (Hch 25,19) ni como Hijo de Dios. A Cristo le interesan no tanto nuestras discusiones sobre Él como nuestro amor personal y sacrificado para con Él.
Como a Pedro, Cristo también nos pregunta a nosotros hoy: "¿Me amas más que éstos?" (Jn 21,15). Jesús sabe que nosotros no sabemos amar como conviene y, por eso, nos ofrece su Espíritu Santo: el Amor increado e infinito entre el Padre y el Hijo. Es el Amor de verdad, el Amor personal, eterno y divino de su Espíritu. Sólo con Él podremos a amar a lo Dios y como Dios nos ama. Con el amor de su Espíritu sí que podemos amar a Jesús más que los otros, que pretendan amarlo con solo su amor humano. Con el Amor del Espíritu podremos resistir los juicios, y las condenas de los hombres. Con la fuerza poderosa del Amor infinito de Dios podremos amar con un Amor de verdad y como Dios quiere que amemos.
Danos, Padre, tu Amor-Espíritu para que aprendamos a amarte sobre todas las cosas; para que tu Amor nos divinice y haga su morada entre nosotros.
Danos tu Amor, para que nuestra vida se convierta en un nuevo Pentecostés.
Quita de nosotros amores falsificados e imperfectos y danos tu Amor, Amor de verdad y para siempre.
"El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo A - Ceferino Santos S.J.