Lunes 18 de septiembre
Lunes de la 24ª Semana
ASAMBLEAS DEL SEÑOR
Con Dios hemos de mantener una relación íntima y personal, a la vez que comunitaria, pues hemos sido llamados a formar Iglesia, comunidad, asamblea y pueblo de Dios. El evangelio nos muestra una relación con Cristo de tipo comunitario por parte del centurión u oficial de las tropas romanas de ocupación. Este envía a Jesús a los ancianos de los judíos para rogarle que cure a su criado enfermo (Lc 7,3), pues él como extranjero no se consideraba digno de acercarse a Jesús. Luego, al saber que Jesús viene hacia su casa, le envía unos amigos suyos (Lc 7,6) para que Cristo no tenga que entrar bajo el techo de un pagano.
Ante Jesús nuestras comunidades han de ser grupos de fe, que creen en Cristo sanador y comunidades humildes, que saben que no son dignas de tener en medio de ellas la santidad y la gloria del Señor.
Hemos de ser también comunidades de oración y súplica, de intercesión y de alabanza, y de acción de gracias por todos los hombres (1 Tm 2,1), que alcemos las manos limpias de ira y de divisiones para rezar por todos los hombres (1 Tm 2,8), pues Dios quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (1 Tm 2,4).
La asamblea cristiana comunitaria ha de reunirse para dar culto a Dios y con acción de gracias, sabiendo que nunca somos del todo dignos para recibir al Señor en nuestra casa (Lc 7,7). Y, finalmente, hemos de ser comunidades de amor fraterno, unidas por el amor.
Con Cristo seremos también asambleas litúrgicas para fomentar el culto fiel al Dios viviente y asambleas de sanación para los siervos enfermos (Lc 7,10), que esperan la visita del Señor Jesús.
Ayúdanos, Padre bueno, a descubrir que Tú quieres que vivamos unidos y que seamos uno como Tú eres uno con Jesús en el Espíritu.
Danos comunidades de fe orante y poderosa.
Danos grupos cristianos misioneros, de amor servicial e incansable, donde Tú mores. Amén.
"El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo A - Ceferino Santos S.J.