Martes 19 de enero
RATIFICÓ PARA SIEMPRE SU ALIANZA
Dios se preocupa siempre por el hombre, obra excelsa de sus manos, destinado a su gloria inacabable. El hombre es objeto del amor y de la predilección de Dios. El Señor llega a anteponer el cuidado de los hombres a sus leyes naturales y secundarias, como la de la observancia del sábado. David, cuando él y sus hombres se vieron faltos de alimento y con hambre, entró en la Casa de Dios y comió él con sus compañeros de los panes presentados, que sólo podían comer los sacerdotes (Mc 2,25-26). También los discípulos de Jesús comen en sábado el grano de las espigas que han arrancado (Mc 2,23-24), porque Cristo es el Señor del sábado y el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado y sus preceptos rituales (Mc 2,27-28). Dios hace su pacto con hombres libres y responsables y no con el formalismo de las leyes cúlticas. Él se preocupa primordialmente de los hombres, que aceptan y guardan su alianza.
Dios "no se olvida de nuestro trabajo y amor, demostrado en el servicio de los santos" (Hb 6,10). Él se preocupa y cuida de los hombres, que le imitan cuidando y sirviendo a los demás. Dios cuidó de Abrahán y le colmó de bendiciones (Hb 6,14), según le había prometido.
Dios guarda su pacto con los hombres, porque es fiel a su juramento y porque él no miente (Hb 6,17-18). Esperamos en las promesas de Dios, que no falla, y nuestra esperanza en Él llega y "penetra más allá de la cortina, donde entró como precursor Jesús, Sumo Sacerdote para siempre" (Hb 6,19-20).
Gracias, Señor Dios nuestro, porque ratificas y confirmas tu alianza, tu cuidado y tu solicitud con nosotros más allá del velo de este mundo y nos proteges en la eternidad y en el tiempo. En tus manos, Señor, estamos seguros y no vacilaremos Contigo a nuestro lado.
"Vivid mi nueva Alianza, sellada con, la sangre de Jesús, mi Hijo. Vivid el pacto nuevo de amar a los demás como Él os amó. Sellad mi nueva alianza con vosotros con el cáliz cotidiano de la sangre de mi Hijo, con el agua pura de mi Espíritu y con el sello de mi santidad eterna. Yo os guardaré puros para el último día".
"El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo B - Ceferino Santos S.J.