Miércoles 3 de julio
Miércoles de la 13ª Semana
Santo Tomás Apóstol
HEMOS VISTO AL SEÑOR
Hay creyentes que aseguran con los Apóstoles: "Hemos visto al Señor" (Jn 20,25). No acertar a descubrir la presencia de Dios en nuestras vidas puede resultar peligroso. Tomás no aceptaba que otros hubieran visto resucitado a Jesús.
Santo Tomás puso condiciones para aceptar a Cristo resucitado: verlo y tocar las llagas de sus manos y de su costado (Jn 20,25). Jesús se compadeció de Tomás y le mostró las manos y el costado para que creyera (Jn 20,27) y ¡creyó!: "Señor mío y Dios mío" (Jn 20,28).
¡Qué experiencia maravillosa la de los que Te ven, Señor Jesús glorificado! Tomás, al fin, Te vio con los ojos de la carne, pero, sobre todo, con los ojos de la fe y del espíritu. "¡Señor mío!", dueño de todo, jefe de mi vida, propietario de todo lo que llamo mío..., ¡Señor único! y ¡Dios mío!, realidad última, divinidad que vives eternamente, que te revelas a los hombres y que das vida eterna a los que creen.
No caminamos solos; ¡Dios está con nosotros: Enmanuel para siempre!
Jesús: para San Pablo Tú eres la piedra angular (Ef 2,20). Sin ti somos ruinas.
Tú, restaurador de ruinas, de muros derribados y de ciudades destruidas ¡restáuranos! Piedra angular, Cristo: Contigo todo se sostiene y alcanza sentido y estabilidad. ¡Roca mía, mi Salvador!
¡Bendito seas, que Te haces ver a tu pueblo!
"El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo A (Ceferino Santos S.J.)