Lunes 19 de octubre
Lunes de la 29ª Semana
RICOS ANTE DIOS
Es triste que hoy en nuestro mundo muchos padezcan una severa miseria material por nuestras injusticias y por nuestra falta de compromiso con los pobres y, tal vez más, sufran una carencia grave de los bienes espirituales y religiosos que la fe proporciona.
Si somos rebeldes contra Dios (Ef 2,2), nuestras obras son malas, y por seguir las tendencias sexuales y los impulsos del instinto y de la fantasía (Ef 2,3), estaríamos destinados a la reprobación, la miseria eterna y definitiva. Dios, por el gran amor con que nos amó (Ef 2,4), quiere que vivamos con Cristo, que estemos salvos por su gracia (Ef 2,5) y que resucitemos con Cristo y nos sentemos con Él en el cielo (Ef 2,7). Todo esto es riqueza y don de Dios (Ef 2,8). Él nos proyectó como obra suya, para que nos dediquemos "a las buenas obras" (Ef 2,10), a las obras de santidad y de fe, a la obtención de las riquezas de Dios antes que a la codicia de los bienes de la tierra, para que podamos ser "ricos ante Dios" (Lc 12,21).
Sólo en Él debemos apoyarnos. Lo que acumulemos en la tierra de bienes materiales, ¿para quién será cuando Dios nos llame? (Lc 12,20). Podemos proceder como necios si no nos preocupamos de los bienes espirituales de Dios.
Padre todopoderoso: ayúdanos a recoger bienes que duran para el cielo y no riquezas caducas, acumuladas con egoísmo y que dejamos en la tierra cuando debíamos de haberlas compartido con los desheredados de este mundo.
Sé Tú nuestro Padre y nuestro Dios, herencia abundante para todos los que Te amamos y esperamos en Ti.
“El Pan de la Palabra dánosle hoy” Ciclo A - Ceferino Santos S.J.