Miércoles 9 de diciembre
Miércoles 2ª Semana de Adviento
GRANDE ES SU PODER
¡Grande es el poder de Dios, que despliega el ejército de los astros en los cielos! (Is 40,26). Esa fuerza del Señor es la que "da energía al cansado y acrecienta el vigor del inválido" (Is 40,29). Dios es la fuerza de los débiles. Por eso acudimos al Señor Jesús, nuestro vigor y nuestro aliento, siguiendo su voz: "Venid a Mí todos los que estáis cansados y agobiados y Yo os aliviaré" (Mt 11,28).
Dios nos envía la fuerza, que es su Espíritu para aliviarnos. Con su Espíritu "los que esperan en el Señor, renuevan sus fuerzas, les nacen alas como de águilas, corren sin cansarse y marchan sin fatigarse" (Is 40,31). El Espíritu Santo es fortaleza para los débiles, alas de águila para los cansados, apoyo para los enfermos. "Los que esperan (bis) en su Dios, como las águilas (bis) sus alas desplegarán...".
El Espíritu Santo favorece el encuentro personal con Jesús: "Venid a Mí" (Mt 11,28), que se nos revela como amor: "Así es mi amado y mi amigo" (Ct 5,16). Jesús es el que me amó y se entregó por mí (Ga 2,20) y, gracias a su amor, "el yugo del Señor se hace más llevadero y su carga más ligera" (Mt 11,30). Nuestra fuerza nos viene de Dios.
Con el Espíritu y el poder del Señor (Is 40,26), conoceremos mejor su insondable inteligencia y entenderemos mejor sus caminos (Is 40,28). Oh, Espíritu Santo, "conozcamos por Ti, al Padre,/ por Ti al Hijo comprendamos,/ y en Ti, el Espíritu de ambos,/ en todo tiempo creamos (Veni, Creator Spiritus). Espíritu de sabiduría: revélanos las intimidades de Dios "y nuestras mentes visita,/ los corazones que hiciste/ llena de gracia divina". "Da palabra a las gargantas,/ del Padre firme promesa" (Ibid.), para que podamos dar testimonio de que Jesús es el Señor y transmitir la vida nueva de Dios. Espíritu Santo: "Alumbra en nuestros sentidos,/ derrama amor en las almas,/ sanando nuestras flaquezas/ con tu fuerza continuada", para que podamos servirte mejor. Restáuranos; "Tú eres llamado el Paráclito,/ don del Altísimo Dios,/ fuente viva, amor y fuego/ y de las almas unción" (Ibid.). Llénanos de vida divina, refrigéranos, úngenos con tu fuerza e inflámanos con tu llama de amor viva y pura. Transfigúranos a imagen de Jesús. Tu Amor derramado en nuestros corazones, nos alivie y nos libere. Así daremos testimonio de que tu poder es grande y de que Tú estás vivo en medio de nosotros. Amén.
“El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo A - Ceferino Santos S.J.