Lunes 8 de octubre
SIN TRAMPAS NI RODEOS
A Dios debemos acercarnos sin trampas ni rodeos. Dios envía al profeta Jonás a Nínive y éste prefiere el rodeo de la huida a Tarsis (Jon 1,3), lejos del Señor y en dirección contraria a la indicada.
A Dios no le agradan nuestras huidas y nuestros subterfugios. Cuando vemos al hermano malherido (Lc 10,31-32), no podemos dar un rodeo y evitarlo como lo hicieron el sacerdote y el levita de la parábola. El amor al hermano necesitado es prioritario sobre las normas y las corruptelas de la ley.
Tampoco podemos obviar ni rehuir la Palabra de Dios en toda su integridad por medio de nuestras interpretaciones acomodaticias y nuestras adulteraciones humanas: "Si alguno os predica un evangelio distinto del que os hemos predicado... sea maldito" (Ga 1,8).
Dios quiere servidores sinceros ante Él.
"El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo B - Ceferino Santos S.J.